Tres monedas que vuelan y al caer forman un Hexagrama del I´Ching. A principios del siglo XX un artista de vanguardia toma parte de su vida para enriquecer su espíritu. En una época de experimentación, de nuevos movimientos artísticos que involucran rupturas, manifiestos, etc. Xul Solar se ilustra en Astrología, Tarot y Magia, conecta con otros planos astrales de conocimiento y lo plasma en su obra pictórica, la cual está plagada de signos y símbolos.
Xul Solar entra en trance, como cada atardecer, en su espacio sagrado. El Hexagrama sirve de puerta de entrada a sus visiones:

“en un mar leve, de color verde jade, casi hirviendo en olitas iguales. Unos seres que son quizá ángeles se deslizan de bruces, apenas rozando la faz del agua. Una luz jade brilla, de forma casi cúbica, con una silueta azul triangular en el medio…”

Anota sus visiones en un cuaderno, luego las pinta. En sus obras se pueden descubrir colores, formas, símbolos, conexiones con seres espirituales, con los signos del zodíaco, con los Hexagramas del I´Ching. La contemplación de la obra de Xul Solar no es sólo una experiencia estética, es ingresar en un nuevo estado de apertura de conciencia, de conexión espiritual.
Construye objetos, juegos, instrumentos musicales, un piano con teclas de colores, que según Xul facilita su aprendizaje.

El panajedrez: tiene un tablero de 13 por 13 casillas y 62 piezas, un juego de combinaciones donde su belleza no depende sólo de la habilidad o sabiduría del jugador sino sobre todo de su gusto, su cultura y su fantasía. La construcción del film pretende ser una analogía de la construcción del Panjuego (Panajedrez).

El Hombre PAN tiene como esencia tratar de alterar, si es posible de alguna manera, el estado de conciencia del espectador del film.

El Hombre PAN intenta motivar al espectador en clave astrológica.